martes, 23 de mayo de 2017

Mi Otro Yo...

Tersos espejismos se arremolinan como ondas en el agua
Aguas negras y profundas que residen ocultas en mi alma
Turbulentas por debajo de la superficie aparentemente calma
Giran veloces sin cesar en un torbellino ígneo que avanza

Todo lo que los sentidos distinguen no es más que una ilusión
Te veo mirándome desde lejos pero es sólo una mera proyección
Nada de esto cambiará hasta abrir las puertas de la percepción
Y estoy perdida vagando sin rumbo por laberintos de mi imaginación

Envidia, odio, venganza y dolor, cristales rotos en el fondo de mi corazón
El velo que teje la diosa se ha convertido en el hogar donde vive mi razón
Sufrimiento, condena, maquinaciones y engaños, blanco sobre negro
Furtivo reino de portentos y arcanos donde reside sediento mi otro yo

Una mano de fuego ardiente se cierne con garras filosas sobre la tierra
Un latido que palpita en silencio vulnerable a merced de la espera
Mientras la realidad ilusoria de personas sin luz sangra acariciando mi ser
Me olvido de mí misma creando una máscara que no estoy segura de tener

Y las cenizas que somos son borradas por la persecutora toxicidad
La bomba que se acerca sigilosa para arrasar implacable mi mente
En la oscuridad de aquel sitio donde el caos se une con la confusión
Se halla el abismo que constituye el vacío de mi desdichada voluntad

Envidia, odio, venganza y dolor, cristales rotos en el fondo de mi corazón
El velo que teje la diosa se ha convertido en el hogar donde vive mi razón
Sufrimiento, condena, maquinaciones y engaños, negro sobre blanco
Furtivo reino de portentos y arcanos donde reside sediento mi otro yo

Y en lo recóndito de ese sueño secreto que mis ojos no se atreven a ver
Siempre desviando la vista pero fijos en la figura que se forma en el rabillo
El ente encapuchado espera paciente el momento indicado para poder emerger
Siempre expulsado y rechazado por todo aquello que es digno de tener brillo
Lilith, luna negra y noche eterna, madre y señora de todos los atributos malditos

Pero algún día sabe que tendrá su oportunidad  de oro para mostrarse sin piel
Trayendo consigo todo aquello que ha sido enterrado para nunca más volver
Ese mundo eclipsado, perdido hasta el fin de los tiempos en el fondo de cada ser
Aquello que el ego no intuye, la semilla que no germina pero siempre permanece
La sombra silenciosa y templada que siempre duerme pero nunca, jamás desaparece
Encerrada entre serpientes y cadenas de obsidiana en los abismos del inconsciente
Mi otro yo atrapado en el olvido y la ignorancia, buscando la venganza que le pertenece

Y la aceptación tan añorada no vendrá hasta no ser convocada por designios subterráneos
Delirios de esquivos arquetipos y símbolos perdidos en la vasta psique del ser humano
Y así extiendo mis brazos al vacío, caigo en el agujero negro de la bestia que hay en mí
Para encontrar al final del trayecto la profundidad de la comprensión del saber profano
El conocimiento y la sabiduría que sobreviene al cambio, el mundo entero entre las manos
En un ciclo que se repite una y otra vez, descendiendo como aquel loco solitario y lanzado
Aceptando la amargura y el miedo, abrazando con ternura a ese otro yo marginado
Que no es más que otra parte de mí, una pieza más del todo que forma una unión sin fin

Envidia, odio, venganza y dolor, cristales rotos en el fondo de mi corazón
El velo que teje la diosa se ha convertido en el hogar donde vive mi razón
Sufrimiento, condena, maquinaciones y engaños, negro sobre blanco, blanco sobre negro
Furtivo reino de portentos y arcanos donde reside sediento mi otro yo que no es más que lo que ya soy…



jueves, 18 de mayo de 2017

El Dios De Las Mil Caras...

Tuvimos la oportunidad de derrotar sin miedo al lucero
Sentimos la corriente inevitable de un deseo perecedero
Tuvimos la oportunidad de recuperar el paraíso perdido
Y pudimos en total unidad nuestros seres haber fundido 
Pero me humillaste con tu falsa e indulgente voluntad
Y a través de tu antifaz me echaste en cara mi frialdad
Qué extraña criatura esa que hace siglos fue concebida
El amor que la vergüenza en su seno fieramente confina

Fui capaz de enfrentarme al circo del ridículo sólo por ti
Fui la reina del carnaval en tu feria grotesca de lo absurdo
Inventándome la esperanza de que de alguna manera así
Podrías desplegar toda tu ansiada ternura bendita ante mí
Creyéndome que doblegando mi corazón sobre tu regazo
Y despreciándome comiendo cual can de tu piadoso brazo
Podría finalmente acceder dentro de la muralla de tu burgo

Pero eres como Jano, el dios de las dos caras
Hiriéndome por turnos con tu máscara y tu espada
Ojala no fuera tan alto el precio de la venganza
Pero eres como Jano, el dios de las mil caras
Debo pensar en la estrategia de la próxima jugada
Para no humillarme más por un Adonis sin valor
Para no olvidarme nunca del poder en mi interior
Para nunca más ser traicionada por los impulsos del ardor

Te volviste en mi vida el astro que iluminaba íntegra la creación
Y así con robustos lazos ataste en mí todo tu radiante esplendor
Mas la sombra proyectada en el reverso de tu sibilino interior
Hizo añicos la efigie que construí para ti con absoluta devoción
Tus hilos asiendo mis muñecas, cual de marionetas el portador
Te hicieron pensar que podías ejercer sobre mí supremo control
Me sometiste con tus cadenas reduciéndome al siervo más inferior
Y ese pedestal que alcé en tu nombre te hizo creerte emperador
Pero la emperatriz dicta que es la hora de que estalle la revolución

Majestad de la nada, el vacío de tu vida es tu objeto de admiración
Con tus palabras pomposas lograste atraparme en tu telar del engaño
Mas las vendas cubriendo mis ojos ya no pueden contener mi visión
Y es en esta vigilia diáfana que me doy cuenta de la verdad de mi razón
Que no tienes poder sobre mí, que no fuiste ni serás nunca mi soberano
Cual Atlas liberado, el peso abominable de tu ego no me aplastará más
Las musas extáticas entonarán para la eternidad esta homérica canción
Odas que anuncian buenos augurios en la senda de mi propia superación
Pues en esta hora azul naciente no habrá otro maestro que la intuición 

Porque fuiste como Jano, el dios de las dos caras
Hiriéndome por turnos con tu máscara y tu espada
Al final no resultó tan alto el precio de la venganza
Pero fuiste como Jano, el dios de las mil caras
Debí aprender la estrategia de la próxima jugada
Para no humillarme más por un Adonis sin valor
Para no olvidarme nunca del poder en mi interior
Para nunca más ser traicionada por los impulsos del ardor

Y ahora que el infinito se yergue tallando universos entre tú y yo
Distanciando tu sol implacable de mi cielo ya nunca más eclipsado
Y la dulce noche llega desplegándose como refugio de los olvidados
El último deseo que puedo entregarte no es otra cosa que lo mejor
Mi libertad no será más que tu tormento, pero no te guardo rencor
Ojalá las huellas de tus pasos te deparen un aprendizaje enriquecedor
Sé que estás roto, que los golpes de la vida forjaron lo que eres hoy
Pero abre los ojos, aprende a estar en paz contigo mismo sin temor
Entiende cómo compartir con el otro y poder alcanzar la aceptación
Comprende cómo es amar incondicionalmente sin pedir retribución
Para así ya nunca más ser traicionado por los impulsos del ardor...