martes, 9 de septiembre de 2014

Vía Crucis...

Avanzando por el desierto de los misterios perdidos
Hasta el jardín de los senderos que se bifurcan
El libro que no debe leerse se abre inevitable
El olvido y el desespero bailan sobre los caídos
Y las moiras se aparecen riendo su ansiosa lujuria

Yo corro hacia donde los doce signos me guían
Una sombra en la distancia que no alcanzo a divisar
Trece laureles y una rosa en el apogeo de este sueño
La máscara cae, la sombra se voltea, el deseo y el azar
Es tu silueta, todo tu ser, aquello que me devuelve el respirar…

La espada del augurio el ángel muestra ante mí
Arrodillada bajo el filo del universo y el hado
Una danza ancestral llama al guardián blindado
Y ahora sé que yo ya no tengo otro lugar adonde ir
Más que a tu puerta, más que a tu lecho, más que a tus brazos…

La verdad que se hunde y da la espalda a los enjuiciados
La doncella reza a la madre tierra por la semilla ancestral
La balanza desequilibrada de la justicia de ojos cerrados
El padre tiempo que barre el polvo de esta terminal
Llegó la hora de que mi tren pase por esta estación

La muerte que llora la soledad en su triste canción
El silencio que se clava más que cien mil cuchillos
El corazón que es un espectro burlón de orgullo y brillo
Y Morfeo que gobierna bajo este negro cielo onírico
A través de toda la confusión de humo y espejismos 
Me llevarán a casa contigo una vez más…

El mundo, la papisa, el emperador, el sol y la estrella
La luna, el loco, el ermitaño, la fuerza y la templanza
Sellan el futuro, moldean la forma, crean la sustancia
Y la niebla lenta desciende en este páramo desolado
Donde surgen entremezcladas la locura y la esperanza
Sólo la luz imparable se lleva la esencia y la belleza

Los pensamientos que una vez compartiste conmigo llevo
Tallados en blanco, rojo y negro en el punto de mi centro
Pureza, pasión y misterio que susurran ante mis pasos
En el sendero de esta travesía que me llevará a tu lado
Espero poder sacarte algún día de aquel averno marcado
La marca de Caín que se grabó en ti y que no has borrado
Tal vez algún día te recuperaré por completo, serás curado
Dormido te miro y pienso si seremos capaces de volver al pasado
Y ser lo que solíamos ser, tener el mundo en nuestras manos
Marcharé por este vía crucis invisible hasta tu amor destrozado
Rogando, en mi añoranza, que alguna vez podamos volver

Yo corro hacia donde los doce signos me guían
Una sombra en la distancia que no alcanzo a divisar
Trece laureles y una rosa en el apogeo de este sueño
La máscara cae, la sombra se voltea, el deseo y el azar
Es tu silueta, todo tu ser, aquello que me devuelve el respirar…

La espada del augurio el ángel muestra ante mí
Arrodillada bajo el filo del universo y el hado
Una danza ancestral llama al guardián blindado
Y ahora sé que yo ya no tengo otro lugar adonde ir
Más que a tu puerta, más que a tu lecho, más que a tus brazos…

Poema nuevo que escribí este año, después de un largo período sin sentarme a hacerlo. Sepan disculpar la ausencia prolongada. Espero que lo hayan disfrutado.

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Catarsis